Todos tenemos un borrador personal. En el que nuestros pensamientos, nuestras palabras, sentimientos, dudas, miedos, metas, logros y recuerdos, guardamos sin dejárselo ver a cualquiera. Todos tenemos esa afiliciacion a guardar cierta parte de nosotros mismos ahí, en nuestro borrador, donde se queda escritas nuestras palabras, pero no mostramos.
He ido analizando mi propio borrador, y así he llegado a darme cuenta, de que, debí publicar esos sentimientos en su día, quizás algunas personas no se den cuenta, de lo mucho que guardan hasta que dejan leer su entre línea, y siendo a la persona correcta, pueden darle a ver, que son mucho más de lo que guardan.
Y mi conclusión después de echar la vista atrás en mi vida. Es que mi borrador, estaba lleno de tristeza, incertidumbres que rodeaban mi cabeza, llenando me de dudas y miedos, y hoy sin saber por qué y como he llegado aquí, puedo decir que mi borrador, no es realmente así, puedo modificar lo que pienso, pero no lo que he sentido. Puedo encontrar respuestas a esas dudas que me aterraban, pero no puedo deshacer el miedo que sentí.
Puedo sentirme segura, ahora, aquí, y conmigo, pero no puedo borrar el odio que en su día sentí, y creo que gracias a ese miedo, hoy día, soy quien soy, tengo claro que es lo que quiero, por que en su día, no lo sabía, buscar respuestas a mis dudas, han echo incluso, que cambien mis propias preguntas, darme cuenta que en mi borrador, escribía mis miedos, y a su vez, la respuesta a ellos, darme a ver, que no necesito a nadie que no me necesite. Que no quiero, tener nada, que no quiera estar conmigo, que la libertad de elegir, la libertad de expresar, la libertad de ser, es la que nos responde a todas nuestras preguntas.
He sido catastrófica.
Soy, quizás, un poco loca.
Seré, siempre, lo que mi corazón diga que sea.
Este es mi nuevo borrador.
viernes, 8 de diciembre de 2017
Borrador.
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